Como psicólogo, uno de los conceptos clave con los que trabajamos día a día es la atención. Pero, ¿cómo definimos los profesionales de la psicología la atención?
La atención se puede entender como la capacidad que posee una persona para seleccionar y concentrarse en estímulos específicos, mientras se ignora el resto de información que pueda estar presente en el ambiente. Es una función cognitiva esencial para nuestro funcionamiento diario, ya que nos permite enfocarnos en las tareas que realizamos, procesar y retener información, y tomar decisiones adecuadas.
Existen diferentes enfoques en la definición de la atención dentro de la psicología. Uno de ellos, es el modelo de procesamiento de la información, el cual sostiene que la atención es un proceso limitado y selectivo. Esto quiere decir que no podemos prestar atención a todos los estímulos que nos rodean a la vez, sino que debemos seleccionar qué es relevante y merece nuestra atención.
Desde este punto de vista, la atención se divide en dos componentes principales: la atención focalizada y la atención dividida. La atención focalizada se refiere a nuestra capacidad para dirigir nuestro enfoque y concentración hacia un estimulo específico, excluyendo todo lo demás. Por otro lado, la atención dividida se refiere a la capacidad de prestar atención a múltiples estímulos a la vez.
Otro enfoque dentro de la definición de la atención es la Teoría del Procesamiento Automático. Esta teoría postula que existen procesos atencionales automáticos y procesos atencionales controlados. Los procesos automáticos son aquellos que se realizan de manera inconsciente y sin esfuerzo, mientras que los procesos controlados requieren de una mayor atención y esfuerzo consciente.
En relación con esto, algunas personas pueden tener una mayor dificultad para concentrarse y mantener la atención en determinadas situaciones. A esto se le conoce como Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), el cual se caracteriza por la presencia de síntomas como la distracción, la impulsividad y la hiperactividad. En estos casos, es fundamental contar con el apoyo de un psicólogo para realizar una evaluación adecuada y desarrollar estrategias de intervención personalizadas.
En conclusión, la atención es una función psicológica básica que nos permite seleccionar y concentrarnos en la información relevante para nuestras tareas diarias. A través de diferentes enfoques teóricos, los psicólogos hemos definido la atención como un proceso selectivo y limitado, compuesto por diferentes componentes y regulado por procesos automáticos y controlados. Si presentas dificultades en tu capacidad de atención, no dudes en buscar ayuda de un profesional, quien te guiará en el proceso de mejorar tu atención y funcionamiento cognitivo.
Bibliografía complementaria:
1. American Psychiatric Association. Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Editorial Médica Panamericana, 2014.
2. Barlow, D. H. y Durand, V. M. Psicopatología: un enfoque integral de la psicología anormal. Cengage Learning Editores, 2013.
3. Kandel, E. R., Schwartz, J. H. y Jessell, T. M. Principios de neurociencia. McGraw Hill, 2015.
4. Myers, D. Exploring Psychology. Worth Publishers, 2018.
5. Sadock, B. J., Sadock, V. A. y Ruiz, P. Manual de Psiquiatría Clínica. Wolters Kluwer Health, 2015.
6. Taylor, S. E., Peplau, L. A. y Sears, D. A. Psicología Social. Pearson Educación, 2013.
Se recomienda consultar estos libros para profundizar en los temas relacionados con la psicología y la psiquiatría. Cada uno de ellos aborda diferentes aspectos de estas disciplinas, proporcionando una amplia gama de conocimientos y enfoques para comprender la mente humana y los trastornos mentales.