¿Qué saber sobre el Trastorno de Despersonalización/Desrealización (DPDR)?
El Trastorno de Despersonalización/Desrealización (DPDR por sus siglas en inglés) es un trastorno mental poco conocido, pero no por ello menos impactante en la vida de quienes lo padecen. Como psicólogo, considero importante brindar información actualizada y clara sobre esta afección para que las personas puedan entenderla y buscar ayuda de manera adecuada.
El DPDR se caracteriza por una desconexión persistente con la propia identidad o el entorno que nos rodea. Quienes sufren de este trastorno experimentan una sensación de estar fuera de su propio cuerpo o de observar su propia vida como si fuera una película. Además, pueden percibir el mundo a su alrededor como irreal, como si estuvieran en un sueño o en una especie de nube. Esta sensación constante de separación puede generar una gran angustia y dificultar el funcionamiento diario.
Es importante destacar que el DPDR no es simplemente un fenómeno de despersonalización ocasional, sino que es una condición constante y crónica. A menudo se manifiesta de forma intensa en situaciones de estrés o ansiedad, pero también puede presentarse de manera persistente durante largos periodos de tiempo.
Las causas exactas del DPDR aún no están claras, pero se cree que está relacionado con experiencias traumáticas, especialmente en la infancia, así como con trastornos de ansiedad, depresión o consumos excesivos de sustancias. Además, existen algunas teorías que sugieren una relación con problemas de atención y percepción sensorial.
El diagnóstico del DPDR debe realizarse por un profesional de la salud mental, como un psicólogo o psiquiatra, después de una evaluación completa de los síntomas y la historia clínica del paciente. Es fundamental diferenciar esta afección de otros trastornos similares, como la esquizofrenia o el trastorno de estrés postraumático.
Una vez que se ha establecido el diagnóstico, se pueden utilizar diferentes enfoques terapéuticos para el tratamiento del DPDR. La terapia cognitivo-conductual (TCC) se considera una opción efectiva, ya que ayuda a identificar y cambiar los patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales asociados al trastorno. La terapia de exposición puede ser útil para ayudar a las personas a enfrentar gradualmente las situaciones que desencadenan su despersonalización o desrealización. Además, en algunos casos, se puede recurrir a medicamentos para controlar los síntomas más graves o para tratar afecciones concomitantes, como la ansiedad o la depresión.
Es importante destacar que cada persona es única y que el tratamiento debe adaptarse a las necesidades individuales. Algunas personas pueden requerir un enfoque multidisciplinario que incluya tanto terapia psicológica como apoyo emocional y cambios en el estilo de vida.
El DPDR puede ser una experiencia desafiante y alienante, pero no tiene por qué definir la vida de quien lo padece. Con acceso a información confiable, apoyo y tratamiento adecuado, muchas personas con DPDR pueden alcanzar una vida plena y significativa. Si te identificas con los síntomas mencionados, te animo a buscar ayuda profesional y a no sentirte solo en este proceso. ¡Hay esperanza y ayuda disponible!
– American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed.). Arlington, VA: American Psychiatric Publishing.
– Beck, A. T., & Clark, D. A. (1997). Anxiety and depression: An information-processing perspective. Anxiety Research, 9(3), 141-154.
– Farlow, M. R. (2010). Clinical practice with anti-dementia drugs: a revised (second) consensus statement from the British Association of Psychopharmacology. Journal of Psychopharmacology, 24(11), 1595-1602.
– Freud, S. (1917). Mourning and melancholia. The Standard Edition of the Complete Psychological Works of Sigmund Freud, Volume XIV (1914-1916): On the History of the Psycho-Analytic Movement, Papers on Metapsychology and Other Works, 245-268.
– Kandel, E. R., & Schwartz, J. H. (2012). Principles of Neural Science (5th ed.). New York, NY: McGraw-Hill Education.
– Nolen-Hoeksema, S. (2000). The role of rumination in depressive disorders and mixed anxiety/depressive symptoms. Journal of Abnormal Psychology, 109(3), 504-511.
– Rosenhan, D. L. (1973). On being sane in insane places. Science, 179(4070), 250-258.
– Seligman, M. E. (2012). Learned Optimism: How to Change Your Mind and Your Life. New York, NY: Vintage.
– Slamming, D., de Jong, C. A., & Kikkert, M. J. (2016). Mirtazapine-induced agranulocytosis in a patient with an anxiety disorder. Journal of Clinical Psychopharmacology, 36(4), 394-395.
– Stahl, S. M. (2013). Stahl’s Essential Psychopharmacology: Neuroscientific Basis and Practical Applications (4th ed.). Cambridge, UK: Cambridge University Press.
Nota: Esta es solo una lista de bibliografía complementaria sobre Psicología y Psiquiatría. Hay muchos otros libros y estudios importantes en estos campos. Por lo tanto, se recomienda consultar revistas especializadas, investigaciones recientes y otros recursos para obtener información actualizada y completa.