Es común que los padres se pregunten por qué su hijo es tan hiperactivo. Algunos pueden asumir que se debe al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH), mientras que otros simplemente creen que su hijo tiene mucha energía. En este artículo, como psicólogo, exploraré las diferencias entre el TDAH y tener una alta energía para ayudar a los padres a entender las posibles causas detrás del comportamiento hiperactivo de su hijo.
El TDAH es un trastorno neuropsiquiátrico que afecta a niños y adultos. Se caracteriza por síntomas como falta de atención, impulsividad e hiperactividad. Los niños con TDAH suelen tener dificultades para mantener la concentración, seguir instrucciones, organizarse y controlar su comportamiento. Además, tienden a ser impulsivos y mostrar una inquietud constante.
Por otro lado, algunos niños pueden tener una alta energía sin necesariamente tener TDAH. Estos niños pueden tener un nivel de actividad muy elevado en comparación con otros de su edad, adoran jugar y moverse constantemente. Se sienten cómodos explorando el mundo a través de la acción y les resulta difícil estar quietos.
Entender la diferencia entre TDAH y tener una alta energía es esencial para abordar las necesidades individuales de cada niño. Si sospechas que tu hijo puede tener TDAH, es importante buscar una evaluación profesional. Un diagnóstico adecuado permitirá implementar estrategias de intervención temprana adecuadas.
Es fundamental recordar que el TDAH es un trastorno de origen neurobiológico. Es decir, está relacionado con el funcionamiento del cerebro y no es causado por una crianza inapropiada o falta de disciplina. Sin embargo, el tener alta energía no significa necesariamente que un niño tenga un trastorno. Algunos niños simplemente tienen personalidades enérgicas y vitales.
Para ayudar a un niño con TDAH, se suelen utilizar diferentes intervenciones. La terapia cognitivo-conductual puede ser útil para ayudar al niño a desarrollar estrategias para mejorar su atención y autorregulación. Además, los medicamentos estimulantes, como los denominados «psicoestimulantes», han sido ampliamente utilizados para reducir los síntomas del TDAH.
En el caso de los niños con alta energía pero sin un diagnóstico de TDAH, los padres pueden tomar medidas para ayudar a canalizar esa energía de manera positiva. Fomentar la actividad física regular, establecer rutinas estructuradas, proporcionar actividades interesantes y desafiantes, así como establecer límites y expectativas claras, son medidas que pueden ayudar a satisfacer las necesidades de un niño energético.
En conclusión, es esencial entender la diferencia entre el TDAH y tener una alta energía. Si sospechas que tu hijo puede tener TDAH, busque una evaluación profesional. Si tu hijo es simplemente enérgico, promueve una crianza positiva y establece límites adecuados para ayudarles a encauzar su energía de manera positiva. Recuerda que cada niño es único y merece un enfoque individualizado para satisfacer sus necesidades específicas.
Bibliografía complementaria:
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Estos libros ofrecen una visión detallada de las teorías, tratamientos y avances en el campo de la psicología y la psiquiatría, y son una excelente opción para aquellos interesados en profundizar en estas áreas.