Las personas somos seres sociales por naturaleza. Desde que nacemos, buscamos establecer vínculos con los demás. Sin embargo, la forma en que nos relacionamos puede variar considerablemente de una persona a otra. Uno de los estilos de apego más comunes es el apego evitativo desapegado, también conocido como apego evitativo-dismissive.
El apego evitativo-dismissive es un patrón de apego en el cual las personas tienden a evitar la intimidad emocional y el compromiso en las relaciones. Aquellas personas con este estilo de apego suelen tener una percepción negativa de sí mismas y de los demás. Pueden sentirse incómodas o temerosas de ser dependientes de los demás, por lo que prefieren mantener relaciones superficiales o mantener a los demás a distancia.
Un signo distintivo del apego evitativo-dismissive es el desapego emocional. Estas personas tienden a evitar expresar sus sentimientos y emociones, y pueden parecer distantes o frías. Pueden tener dificultades para identificar y reconocer sus propias emociones, así como para empatizar con las emociones de los demás.
Otro signo característico es la necesidad de independencia. Las personas con apego evitativo-dismissive valoran mucho su autonomía y libertad, por lo que pueden resistirse a ser dependientes de los demás. Pueden tener dificultades para aceptar ayuda o apoyo emocional, prefiriendo hacer las cosas por sí mismas.
Además, estas personas tienden a evitar el compromiso en las relaciones. Pueden sentirse incómodas al hablar de futuro o de planes a largo plazo, y pueden tener dificultades para establecer relaciones duraderas y profundas. Suelen preferir relaciones casuales o de corta duración, ya que les resulta más fácil mantener cierta distancia emocional.
El apego evitativo-dismissive puede tener un impacto significativo en la vida de una persona. Puede dificultar el establecimiento de relaciones saludables y satisfactorias, ya que la falta de intimidad emocional puede generar frustración y desconexión en la pareja. Además, estas personas pueden experimentar sentimientos de soledad y aislamiento, ya que su tendencia a evitar la cercanía emocional puede dificultar la conexión profunda con los demás.
Es importante tener en cuenta que el apego evitativo-dismissive no es un juicio de valor sobre una persona. Es simplemente una forma en que las personas aprendieron a relacionarse y a protegerse a lo largo de su vida. Sin embargo, si sientes que tu estilo de apego evitativo-dismissive está afectando negativamente tu vida y tus relaciones, es posible trabajar en ello.
La terapia psicológica puede ser una herramienta invaluable para explorar y trabajar en tus patrones de apego. Un psicólogo te ayudará a identificar y comprender los factores subyacentes que contribuyeron a tu estilo de apego, y te guiará en el proceso de desarrollar patrones de relación más saludables y satisfactorios.
Recuerda que el amor y la intimidad emocional son necesidades humanas básicas. Todos merecemos tener relaciones profundas y significativas en nuestras vidas. Trabajar en tu estilo de apego puede abrirte nuevas posibilidades y permitirte experimentar conexiones más genuinas y satisfactorias con los demás. No dudes en buscar ayuda si sientes que necesitas trabajar en tu estilo de apego evitativo-dismissive. Tu bienestar emocional y tus relaciones valen la pena.
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