La distracción como herramienta para manejar las emociones y el trastorno de estrés postraumático (TEPT)
En nuestro día a día, todos experimentamos una amplia gama de emociones. Algunas de estas emociones pueden ser agradables y nos brindan alegría y felicidad, mientras que otras pueden ser desagradables y desencadenar sentimientos de tristeza, ansiedad o ira. Sin embargo, existen situaciones en las que estas emociones pueden volverse abrumadoras y difíciles de manejar, especialmente en individuos que padecen el trastorno de estrés postraumático (TEPT).
El TEPT es un trastorno mental que puede presentarse después de ser testigo o experimentar un evento traumático. Las personas que sufren de TEPT experimentan una serie de síntomas, como pensamientos intrusivos sobre el evento traumático, pesadillas, dificultades para dormir, irritabilidad, evitación de situaciones que les recuerdan el trauma y problemas para concentrarse. Estos síntomas pueden ser abrumadores y afectar significativamente la calidad de vida de los individuos.
Una herramienta que puede ser útil para lidiar con las emociones intensas asociadas con el TEPT y otros trastornos emocionales es la distracción. La distracción se refiere a desviar la atención de los pensamientos y emociones negativas hacia algo más positivo y menos estresante. Aunque puede sonar simplista, la distracción puede ser una estrategia poderosa para ayudar a las personas a enfrentar y manejar sus emociones.
Existen diversas formas de distracción que pueden aplicarse en función de las preferencias y necesidades individuales. Algunas personas encuentran útil involucrarse en actividades físicas, como hacer ejercicio, caminar o correr. Estas actividades permiten que la mente se enfoque en el cuerpo y las sensaciones físicas, desviando la atención de los pensamientos y emociones negativas. Además, el ejercicio también puede liberar endorfinas, hormonas que generan una sensación de bienestar y alivio.
Otra forma de distracción es la práctica de técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación o el yoga. Estas técnicas ayudan a calmar la mente y el cuerpo, reduciendo la tensión emocional y promoviendo la relajación. Al enfocarse en la respiración y en las sensaciones físicas que se experimentan durante la práctica de estas técnicas, las personas pueden distraerse de las emociones negativas y encontrar un respiro en medio del caos emocional.
La participación en actividades creativas y artísticas también puede ser una excelente forma de distracción. Pintar, dibujar, escribir o tocar un instrumento musical, por ejemplo, requieren un nivel de concentración que puede alejar temporalmente los pensamientos y emociones negativas. Además, estas actividades permiten la expresión de sentimientos y emociones de una manera no verbal, lo que puede ser especialmente útil para aquellos que encuentran dificultades para verbalizar sus emociones.
Si bien la distracción puede ser una herramienta útil para manejar las emociones intensas asociadas con el TEPT, es importante tener en cuenta que no es una solución permanente o una forma de evitar enfrentar los problemas subyacentes. La distracción solo ofrece un alivio temporal y puede ser utilizada como una estrategia complementaria a otras terapias y tratamientos psicológicos.
Como psicólogo, siempre recomiendo a mis pacientes que busquen ayuda profesional para tratar el TEPT y otras condiciones emocionales. Un terapeuta capacitado puede brindar las herramientas necesarias para abordar los problemas subyacentes y desarrollar estrategias saludables y efectivas para manejar las emociones difíciles.
En conclusión, la distracción puede ser una estrategia valiosa para manejar las emociones intensas y el TEPT. Sin embargo, es importante recordar que la distracción solo ofrece un alivio temporal y no aborda los problemas subyacentes. Para un manejo efectivo del TEPT y otras condiciones emocionales, es fundamental buscar ayuda profesional y trabajar en conjunto con un terapeuta capacitado.
Bibliografía complementaria:
1. American Psychiatric Association. (2013). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). Editorial Médica Panamericana.
2. Barlow, D. H., & Durand, V. M. (2014). Psicopatología: un enfoque integral de la psicología anormal. Cengage Learning.
3. Freud, S. (2013). Obras completas (Vol. 7). Amorrortu Editores.
4. Kandel, E. R., Schwartz, J. H., & Jessell, T. M. (2013). Principios de Neurociencia. McGraw-Hill Interamericana.
5. Linehan, M. M. (1993). Terapia Dialéctico conductual para el trastorno límite de la personalidad. Paidós.
6. Seligman, M. E. (2011). La auténtica felicidad. Ediciones B.
7. Sternberg, R. J. (2009). Psicología cognitiva. Cengage Learning.
Es importante destacar que esta lista de bibliografía complementaria es solo una pequeña selección de algunos libros relevantes en el campo de la psicología y la psiquiatría. Existens muchas más obras y referencias disponibles que podrían ser de interés para aquellos que deseen profundizar en estos temas.