Entendiendo el TEPT y la disociación
Cuando se habla de trastorno de estrés postraumático (TEPT) y disociación, nos encontramos frente a dos aspectos psicológicos que están estrechamente relacionados y que pueden afectar significativamente la vida de una persona. Ambos fenómenos suelen estar presentes en aquellos individuos que han experimentado situaciones traumáticas en su historia personal.
El TEPT es un trastorno de ansiedad que se desarrolla como respuesta a un evento traumático de gran impacto emocional. Este evento puede ser de naturaleza violenta, como un asalto o un accidente grave, o puede tratarse de una experiencia prolongada de abuso o negligencia. En cualquier caso, el TEPT se caracteriza por la manifestación de síntomas como flashbacks (recuerdos intrusivos y vividos del evento traumático), pesadillas, evitación de situaciones que recuerden el trauma y una excesiva activación del sistema de respuesta al estrés.
La disociación, por su parte, es un mecanismo de defensa que se activa como resultado de experiencias traumáticas extremas. Se trata de una desconexión de la realidad, en la cual la persona se siente separada o distante de su propio yo, de sus emociones y de su entorno. La disociación puede manifestarse de diferentes maneras, desde un simple acortamiento temporal de la memoria hasta la aparición de personalidades alternas en los casos más severos, conocido como trastorno de identidad disociativo.
Es importante entender que tanto el TEPT como la disociación son respuestas psicológicas normales ante situaciones anormales. Son mecanismos de defensa que el cerebro utiliza para protegerse del dolor emocional y preservar la integridad mental de la persona. Sin embargo, cuando estos mecanismos se activan en exceso o de manera inapropiada, pueden causar un sufrimiento significativo y dificultar el funcionamiento diario.
El tratamiento del TEPT y la disociación es un proceso que requiere tiempo, paciencia y un enfoque personalizado. En primer lugar, es fundamental establecer una relación de confianza y empatía entre el paciente y el terapeuta, ya que esto proporcionará un entorno seguro para que la persona pueda explorar y procesar las experiencias traumáticas.
En la terapia de exposición, se utiliza una técnica en la cual la persona va recordando y reviviendo el evento traumático de manera gradual y controlada, con el objetivo de reducir la intensidad de la reacción emocional asociada. A través de esta exposición, se busca que el paciente pueda “desensibilizarse” en cierta medida al trauma, de manera que vaya perdiendo su poder de dominación sobre su vida presente.
En lo que respecta a la disociación, el objetivo principal del tratamiento es ayudar a la persona a reconectar con su propio ser y con la realidad circundante. Esto se logra a través de técnicas terapéuticas como la relajación, la atención plena y la reestructuración cognitiva, que buscan brindar herramientas al paciente para que pueda integrar sus experiencias traumáticas y reemplazar las creencias y pensamientos negativos con otros más saludables y realistas.
En conclusión, el TEPT y la disociación son problemas psicológicos que pueden afectar profundamente la vida de una persona. Sin embargo, con el apoyo adecuado y el tratamiento adecuado, es posible superar estos desafíos y recuperar el bienestar emocional. La comprensión y el conocimiento son clave en este camino hacia la sanación, tanto para aquellos que sufren de estos trastornos como para los profesionales de la salud mental que los tratan.
Bibliografía complementaria:
– American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM-5). American Psychiatric Association Publishing.
– Barlow, D. H., & Durand, V. M. (2015). Psicopatología: Un enfoque integral de la psicología anormal. Cengage Learning.
– Comer, R. J. (2013). Fundamentals of abnormal psychology. Worth Publishers.
– Freud, S. (1900). La interpretación de los sueños. Alianza Editorial.
– Kandel, E. R., Schwartz, J. H., & Jessell, T. M. (2012). Principios de neurociencia. McGraw-Hill.
– Kraepelin, E., & Wernicke, C. (2014). Compendio de Psiquiatría clínica. Editorial Médica Panamericana.
– Nolen-Hoeksema, S. (2014). Psicología anormal. McGraw-Hill.
– Pinel, J. P., & Edwards, M. J. (2014). Biopsicología. Pearson.
– Ruscio, J. (2017). The Oxford Handbook of Research Strategies for Clinical Psychology. Oxford University Press.
– Sacks, O. (1998). El hombre que confundió a su mujer con un sombrero. Anagrama.
– Torrubia, R., & Cardoner, N. (2013). Manual de psicopatología general. Elsevier España.
Estas son solo algunas de las numerosas obras que existen en las áreas de psicología y psiquiatría. Es importante tener en cuenta que la bibliografía específica puede variar según el enfoque teórico o el tema de interés.