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El Duelo – La adaptación a la pérdida

duelo

Hola, apreciados lectores. En este post conocerás un evento que todos, irremediablemente, pasaremos en algún momento de nuestras vidas. No solamente involucra la pérdida de seres amados, sino también muchos sucesos que provocan dolor emocional. A este hecho se le conoce desde la antigüedad como Duelo.

Algo importante es que siendo un proceso natural del ser, la sociedad actual vive de espaldas a esa realidad. Solo cuando ya es tarde es que existe una preocupación relativa por enfrentarse a este momento y posterior dolor. El problema del desconocimiento es que puede hacer que lo enfrentemos de forma no saludable.

Definición de Duelo

Hay varios conceptos sobre el duelo que es bueno que conozcas esencialmente. En este caso, expondremos la definición de acuerdo con RAE (real academia española) y otros conceptos de autores.

RAE define al duelo (del latín “dolus”, Dolor) como un “dolor, lástima, aflicción o sentimiento”. Más allá, se centra sobre la desaparición física de algún ser: “Demostraciones que se hacen para manifestar el sentimiento que se tiene por la muerte de alguien”.

Aumentando la ilustración, según la OMS (órgano referente de salud a nivel mundial), se amplía el concepto técnicamente. En la actualidad, considera este proceso como parte de los TEPT o trastornos de estrés postraumático. Esto como referencia a que los trastornos mentales del duelo son frecuentes, incapacitantes y sin terapia formal.

Ahora bien, en el caso de autores la definición se amplía:

  • El duelo en psicología es un proceso normal con componentes emocionales, fisiológicos y sociales.
  • Para muchos no es un estado sino un proceso, ya que se suceden fases de recaída y restauración.
  • No es un proceso fundamentado únicamente en la muerte de un ser, sea familiar o allegado.
  • El proceso del duelo suele estar acompañado por síntomas (emocionales o físicos) que, hasta cierto punto, resultan normales.

Ahora ¿Qué es el Duelo? En propias palabras

Para nosotros el Duelo es sinónimo de pérdida afectiva, que se puede dar por abandono, ausencia o muerte. En este período, la persona que lo experimenta tiene consigo sintomatología variada en ámbitos emocionales, conductuales y somáticos. Por ello, es un proceso psicológico de respuesta natural único ante el dolor para cada individuo.

Es decir, en esto último no existen dos procesos similares en la humanidad (una persona, un duelo). Por ser un proceso, se denomina “elaboración del duelo” a la experiencia con la cual se enfrenta el dolor. Esto permite a la persona irse adaptando paulatinamente a una nueva realidad.

Tipos de pérdidas para un duelo

Como se ha establecido en nuestro concepto, el duelo no necesariamente se manifiesta solo por muerte. Para vivir un duelo pueden tenerse las siguientes clases de pérdidas:

  1. Pérdidas por relaciones afectivas: se manifiesta el duelo cuando se pierde la cercanía con alguna persona. Sucede en los casos de separaciones o divorcios o cuando muere algún ser querido.
  2. Pérdidas en cuanto a capacidades: se puede experimentar duelo cuando la persona ha perdido alguna capacidad (física o mental). También se puede dar en el caso de la disminución de facultades por el avance de los años. Un ejemplo es la transición obligada de la persona de la etapa adulta a la vejez.
  3. Pérdida material: cuando se experimenta la ausencia de objetos, posesiones o hasta un empleo.

Tipos de Duelo

En este punto conocerás los tipos de duelo de la psicología y mente más comunes.

Pre duelo o duelo anticipado

Se le conoce como duelo anticipado a un proceso que comienza antes de que la pérdida ocurra efectivamente. En el caso de un enfermo, comienza cuando existe un diagnóstico de incurabilidad o estado irreversible.

En este caso, se produce sentimientos de tristeza pero también adaptación inconsciente al desenlace irremediable. Probablemente sea uno de los duelos donde se comparten sentimientos y hay mejor preparación ante la muerte. No se manifiesta tan agudo y cuando ocurre la pérdida, se experimenta calma.

Duelo normal

Se conoce como duelo normal aquel en el cual la persona experimenta dolor y recuperación paulatina y sostenida. Es decir, los síntomas de este proceso son finitos en el tiempo, experimentando progresivamente mejoría y recolocación emocional.

Duelo patológico

Es una anomalía o intensificación del proceso del duelo. También recibe el nombre de “duelo complicado” según la Asociación Psiquiátrica Americana. Las personas experimentan conductas desadaptadas o estancamiento, donde pareciera no haber avance hacia la resolución.

Con respecto al tiempo, se puede decir que es un proceso complicado cuando se prolonga. También, cuando este proceso hace que la persona pierde el interés por socializar nuevamente. Se incluyen en este concepto los duelos reprimidos (inhibidos), aplazados y crónicos. Este punto se ampliará concretamente más adelante dentro de este post.

Elaboración del Duelo: Etapas, Fases o tareas

La autoría sobre las etapas o tareas del duelo es variada y muy rica. Aunque separadamente, un punto en común es que las etapas del duelo según la psicología son “No Universales”. Esto quiere decir que no existe una secuencia uniforme y no necesariamente se atraviesan todas las etapas.

Ahora bien, para el manejo del duelo por la psicología existen diversas posturas. Unas establecen una serie de etapas que se van pasando una a una en orden aleatorio. Otra que se dan por tareas escalonadas hasta alcanzar una nueva estabilidad emocional.

Para este punto definiremos las fases que caracterizan un duelo normal. No son técnicas que aceleran el proceso de sanación. Ahora bien, conocer estos postulados permitirá a la persona abrirse para describir las emociones que siente. Hay que destacar que (psicológicamente) el duelo transmite la sensación de una herida subjetiva y requiere tiempo para su cicatrización.

Primera etapa o inicio

Conjuga ciertos factores como el rechazo, incredulidad, negación e ira producto de la intensidad del choque de la pérdida. En esta primera etapa del duelo hay un estado mental donde las emociones son fuertemente anestesiadas. En otros casos puede ocurrir una exaltación exacerbada.

Generalmente es una etapa de corta duración. Para pérdidas por muerte, suele ser de máximo 3 días o hasta las honras fúnebres y el entierro. En el caso de la ira o agresividad, es manifestada en función de la causa de la pérdida. En este caso se demuestran sentimientos como desamparo o injusticia.

Suele haber frases como: “no puede ser verdad” o “no es justo”. Esta etapa es natural, y se debe atravesar como parte de la aceptación de la pérdida. Es común que la persona de forma inconsciente active un bloqueo de facultades de información como sistema defensivo.

Pueden existir algunos síntomas somáticos como ritmo cardíaco irregular, temblor, nauseas, pérdida de la consciencia, entre otros. En algunos casos se acompaña de pérdida de concentración o falta de memoria.

Segunda etapa o centro del duelo (fase de repliegue)

Es la etapa más duradera del duelo como proceso. Se caracteriza por presentar cuadros de depresión, miedo y negociación. La imagen de lo que se pierde (material o familiar) se mantiene presente por la mayoría del tiempo en el doliente.

Se combinan tiempos de recuerdo doloroso con reorganización de la vida y los sentimientos. No obstante, normalmente se tiende a pensar conscientemente que lo que se pierde no volverá más.

El sufrimiento que se manifiesta en esta etapa es fundamental, pues es la mejor expresión para la liberación. Radica vital importancia para la superación de los miedos y la depresión. En un duelo normal, estos factores aparecen pero se encaminan rápidamente para su mejoría.

La duración puede ser de meses; pero si dura años, puede existir una complicación emocional de la elaboración del duelo. Se puede acompañar con sensaciones de soledad, incertidumbre, fuerte dolor emocional o agotamiento.

Tercera etapa o etapa de restablecimiento

Una etapa final, que también requiere de tiempo para la superación y posterior recolocación emocional. Ahora bien, en este caso, se empieza a notar la aceptación de la pérdida. Aquí la persona empieza un progresivo restablecimiento de su personalidad.

También se manifiesta en la socialización más frecuente. En este caso, la depresión se disipa y el dolor disminuye, llevando a la persona a un alivio psicológico. Se nota adicionalmente la adopción de nuevos cánones de vida con reorganización paulatina.

Por lo general, cuando es una pérdida familiar, la persona empieza a desprenderse de los objetos. Solo deja lo más significativo. El recuerdo de la persona fallecida deja de ser doloroso para convertirse en reparador. Asimismo, este no debe ser impedimento para continuar con su vida.

¿Cuándo el Duelo se convierte en una Patología?

Para superar el duelo, las personas viven etapas posteriores a la pérdida que involucran sentimientos o conductas “normales”. Así, un duelo normal es limitado en el tiempo, permitiendo progresar hacia una estabilidad sin lo que se pierde.

La mayoría de las personas realmente no necesitan ayuda para afrontar esta situación. Ahora, cuando pasa tiempo y se sigue manifestando síntomas o conductas emocionales problemáticas, la percepción normalizada cambia.

Esto se da porque las personas empiezan a desarrollar los sentimientos negativos en la elaboración del duelo. Con ello, el avance hacia la recuperación se estanca. La somatología persiste y puede empeorar manteniendo un estado de duelo constante.

Cuando la pérdida es algo inesperado, puede que se desencadenen problemas psicopatológicos con duración indeterminada. Si ocurre por muerte de un familiar, la influencia de estos aspectos puede desencadenar una patología:

  • El grado afectivo o de relación con el difunto.
  • Edad del difunto.
  • Si hubo una agonía para el difunto.
  • Carácter de la muerte.
  • Aspecto corporal del cadáver.
  • Grado de dependencia con el difunto.
  • Apoyo social.
  • Repercusión o ideales religiosos espirituales.
  • Experiencias pasadas de duelos (repetición del Proceso).

Cuadro clínico del Duelo patológico

Podemos determinar la sintomatología de este tipo de duelo en los siguientes apartados:

  • Prolongación más allá de lo previsible de sentimientos de culpabilidad por cosas hechas o desatendidas. Esto referente a pérdidas materiales o de allegados personales.
  • Recurrencia en la forma de pensar, donde el doliente siente que debió haber muerto en lugar del difunto.
  • Obsesión por no poder rehacer la vida o el pasado, con sentimiento de inutilidad.
  • Deterioro de las facultades físicas y mentales para emprender actividades que antes eran comunes. Esto se manifiesta de forma acusada y sostenida.
  • Experiencias alucinantes distintas. Ver u oír al fallecido en el proceso del duelo, en algunos casos es normal. Ahora, cuando se escuchan o se ven otras cosas, se trata como experiencia anormal.
  • Aparición de sentimientos, como la negación de la muerte. También puede darse un desplazamiento de sentimientos.

Ahora, para establecer una alarma en el cuadro patológico, los siguientes síntomas son de atención prioritaria:

  • Ideas de suicidio (puede ser en los primeros meses).
  • Culpabilidad morbosa.
  • Retardo psicomotor.
  • Insomnio recurrente.

Tratamiento del duelo a través de terapia ¿Cuándo pedir ayuda?

La vida está llena de momentos felices o de desenlaces e infortunios. Perder un trabajo, una relación o un familiar puede provocarnos una mezcla de sentimientos junto con el dolor.

Si bien es cierto que son normales, solo deben ser momentáneos. Ahora, cuando se convierten en una constante, pueden desencadenar una terrible depresión. El miedo, la ira, la culpa o los reproches mal encauzados solo provocarán un estancamiento. En el peor de los casos, puede llegar a ser destructivo, tanto para el entorno como para sí mismo.

Es importante tener claros la sintomatología de los duelos normales y de lo que no es normal. Con ello se toma en cuenta qué parte de la persona se está agudizando en el tiempo. Es antes de esto, cuando la persona debe evaluar la ayuda y orientación del duelo a través de terapia.

El especialista para este auxilio debe ser un psicólogo clínico, con especialidad en el proceso de duelo. La búsqueda de apoyo terapéutico para la superación del duelo, puede ayudarnos a afrontar la situación. Hay que dejar claro que no debe ser cohibido este hecho. Antes bien, es necesaria la terapia para una recuperación plena y sostenida.

Finalidad de la ayuda terapéutica del duelo

La finalidad de la ayuda terapéutica es ofrecer un acompañamiento en duelo a través de la psicología. Para la elaboración del duelo se puede definir en 5 puntos importantes a saber:

  1. Llevar a la mejoría de la calidad de vida del doliente.
  2. Evitar y disminuir su auto aislamiento social.
  3. Aumentar la autoestima y confianza en sí mismo.
  4. Evitar o disminuir en la medida posible el estrés postraumático.
  5. Mejorar la salud mental de individuo que sufre.

Referencias:

Ballester, R. Bellver, A. Gil Juliá, B. (2008) Duelo: evaluación, diagnóstico y tratamiento. Psicooncología Vol. 5. Pp. 103 – 116. Recuperado de: http://scholar.google.es/scholar_url?url=https://revistas.ucm.es/index.php/PSIC/article/download/PSIC0808130103A/15522&hl=es&sa=X&ei=1GGKX-uXKoqVmgGFtogQ&scisig=AAGBfm290b9-_IUx8HFaF09p3j_PtTMEbA&nossl=1&oi=scholarr

Castillo, L. García, S. Martínez Silva, B. Meza Dávalos, E. Sauri Suarez, L. Torres Gómez, A. (2008) El proceso del Duelo. Un mecanismo humano para el manejo de las pérdidas emocionales. Revista de especialidades médico-quirúrgicas. Pp 28 – 31. Recuperado de: https://www.redalyc.org/pdf/473/47316103007.pdf

Díaz, P. Losantos, S. Pastor, P. (2014) Guía del Duelo Adulto para profesionales Socio Sanitarios. Fundación Mario Losantos del Campo (FMLC). Madrid: FMLC.

World Health Organization. (6 de agosto del 2013) La OMS publica unas directrices sobre la atención de salud mental tras los eventos traumáticos. Recuperado de: https://www.who.int/mediacentre/news/releases/2013/trauma_mental_health_20130806/es/

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Maria Jose Jiménez. Centro Serendípia

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